La asignación de activos describe cómo se distribuyen los fondos de una cartera entre diferentes clases de activos, como acciones, bonos, bienes raíces, materias primas, capital privado y deuda privada; los cuales implican diferentes niveles de riesgo y retorno y, desempeñan funciones muy diferentes dentro de una cartera diversificada.
La ponderación de cada activo debe cumplir con los objetivos financieros del inversor: maximizar el rendimiento de la cartera conservando su solvencia y respetando su tolerancia al riesgo.
La decisión de asignar activos dentro de una cartera es el primer paso en el proceso de gestión de la cartera y probablemente evolucionará a lo largo del tiempo.
El efectivo y los activos líquidos generalmente contribuyen a la seguridad y la flexibilidad, mientras que los valores de renta fija tienen como objetivo proporcionar estabilidad e ingresos regulares. Las acciones ofrecen el potencial de crecimiento necesario para alcanzar los objetivos de rentabilidad.
Existen varios enfoques para la asignación de activos:
La selección del tipo de modelo de asignación depende de cada inversor según el horizonte de tiempo de inversión y su apetito de riesgo, pero el objetivo permanece constante: intentar maximizar la rentabilidad minimizando el riesgo. Es una compensación riesgo-rendimiento para crear la cartera óptima para el inversor.
Carteras estándar por estrategias de asignación de activos
Como se explicó anteriormente, la asignación de activos que funcione mejor para un inversor en cualquier momento de su vida dependerá en gran medida del horizonte de tiempo de la inversión y de su capacidad para tolerar el riesgo.
Un elemento indispensable a tener en cuenta a la hora de definir la asignación de activos de una cartera es la importancia de la diversificación. Incluir categorías de activos con retornos de inversión que se mueven hacia arriba y hacia abajo en diferentes condiciones de mercado ayuda al inversor a evitar pérdidas significativas. La diversificación interviene en varios niveles: diversidad de instituciones financieras, tipo de instrumentos financieros, sectores de inversión, países de exposición, divisas, etc. Todo será mucho más eficiente si todos estos parámetros complejos están estratégicamente coordinados.
En tiempos de volatilidad del mercado, una estrategia de asignación de activos es aún más crucial. De hecho, permite una gestión flexible de la cartera que puede adaptarse a las cambiantes condiciones económicas.
Un reequilibrio periódico de las carteras garantiza que siempre se adapten a las necesidades cambiantes de los inversores en materia de gestión de capital.
Si bien la asignación de activos es fundamental para una estrategia de gestión de patrimonio a largo plazo, requiere una comprensión total de los diversos vehículos de inversión disponibles en el mercado. También requiere una estricta disciplina para ceñirse a la estrategia de inversión, especialmente en situaciones de mercado extremas, y una amplia capacidad para controlar las emociones. Por todo ello, muchos inversores confían la gestión de su cartera a un asesor profesional.
Gracias a un análisis personalizado de sus objetivos y perfil de riesgo, el equipo de expertos de K&B Family Office puede ayudarlo a obtener una imagen más clara de la estrategia de inversión óptima y brindarle soluciones de cartera administradas activamente para impulsar los rendimientos esperados. La forma más fácil de comenzar es con una reunión de 30 minutos con uno de nuestros asesores.